Acolchando una mantita de bebé me ocurrió algo con este lindo osito. Corté un hilo y la hebra quedó sobre su carita dando lugar a una sonrisa encantadora. Capté la indirecta y sonriéndole yo también se la bordé sin pensarlo.
Jajaja, ahora cada vez que lo miro sonrío agradecida por esta bonita anécdota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario